Por Jairo Figueroa G,

La captura de 14 personas, que fueron llamadas a cuenta por su mal comportamiento en las suspendidas elecciones en el municipio de Santiago en Putumayo, lleva a una dura lección en el sentido de que, la justicia no se la deben tomar por su propia cuenta.
Una información mal entregada por intermedio de redes sociales o un llamado escandaloso de una persona que, concurrió a votar en la mesa número 3 en el puesto principal electoral del municipio en la escuela central, donde funcionaron 18 meses, son las dos hipótesis de las autoridades que hacia a 1:03 minutos de la tarde del domingo 29 de octubre, se reunieron para evaluar los destrozos de votos marcados y el material electoral de la frustradas elecciones regionales. La primera consecuencia fue el aplazamiento de las elecciones; la segunda, la obstrucción de las votaciones para Gobernador y la Asamblea Departamental elegidos solo con 12 municipios en el Departamento.
Sin lugar a dudas, la consecuencia grave tras la decisión de la turba ciudadana que atacó el recinto de los comicios municipales, fueron posteriores. Los mismos videos ciudadanos difundidos por redes, fueron los insumos para que la Fiscalía Seccional del Putumayo emitiera en total por ahora 14 órdenes de captura.
El rigor de las autoridades en la aplicación de las normas que contemplan los delitos electorales, motivaron un operativo de la Policía Judicial del Putumayo, trasladadas al municipio bajo órdenes del propio Fiscal General de la Nación y su autoridad delegada en el Departamento Doctor César Correa, Director Seccional del ente acusador.
¿Será que para aquellos miembros de la comunidad en enseñados a responder con violencia e intolerancia a las circunstancias adversas, les quedará ganas de volver a obstruir la cita para el próximo 3 de diciembre?, esperemos que no, pues ir a la cárcel por una conducta violenta, no vale la pena.